Ingresos en efectivo: qué hacer y qué no hacer con Cash Management
Mis primeros empleos fueron en cafeterías y restaurantes.
Según el trabajo y la temporada, los ingresos eran irregulares de una semana a otra y de un mes a otro: por lo general menos pago de nómina y más en propinas. Por momentos, ganaba el 100 % en efectivo, con cheques de pago por $0.00 (por culpa de los impuestos).
Con ingresos informales y hábitos de dinero en efectivo que podríamos denominar "ocasionales", no desarrollé un buen sistema para ahorrar o elaborar presupuestos sino hasta después de graduarme, cuando ya enfrentaba una deuda.
A continuación, hay algunos ejemplos sencillos sobre qué hacer y qué no hacer por parte de alguien que aprendió de la peor manera.
Cash Management no debería ser algo complicado.
Durante la mayor parte de mi adolescencia y años universitarios, si me hubiesen preguntado, hubiera dicho que tenía un sistema. Pensaba que el sistema funcionaba. (Alerta de spoiler: no funcionó).
Tomen estos puntos destacados como ejemplos de qué no hacer con Cash Management.
1. No guardar el efectivo en un fresco o cajón al azar.
Los ingresos en efectivo iban de mi bolsillo a casa, donde dividía todo en dos partes. Colocaba una parte de las propinas en el cajón de los calcetines y el resto en mi billetera. Luego, si necesitaba efectivo para cubrir un cheque que había emitido, o si el cajón de los calcetines parecía desbordar, iba al banco y hacía un depósito.
Una historia graciosa (bueno, quizás no tanto). Mientras compartía un apartamento en la universidad, uno de mis compañeros de piso me robó más de $200 del escondite "secreto" en mi habitación, pero había perdido la cuenta de mi dinero en tal grado que me enteré del importe faltante recién cuando él me lo confesó algunos meses más tarde.
2. No ignorar la cuenta corriente.
Cuando recibía cheques de pago importantes, los depositaba en el mismo lugar donde ponía los depósitos de efectivo poco frecuentes: en mi cuenta corriente. Al depositar específicamente ahí, supuse que tenía menos probabilidades de emitir cheques que no se podrían cobrar. El problema es que no me tomaba la molestia de revisar mis cuentas ni el saldo de la chequera.
Reiteradamente sobregiré la cuenta y descubrí que alcancé el máximo de la protección contra sobregiro, y me vi afectado por las tarifas. Simplemente, seguía usando la cuenta corriente para cancelar mi tarjeta de crédito, comprar combustible, pagar el alquiler, etc., y pasaba semanas sin depositar la nómina. Y luego, ¡ay! Más cargos por sobregiro. Se acumulan más rápido de lo que uno espera.
3. No gastar dinero sin hacer el seguimiento.
Mis costos mensuales eran mínimos, por lo cual no me preocupaban; y no hacía el seguimiento ni un presupuesto. Estos incluían el alquiler, gastos de telefonía celular y combustible para el auto, y todo lo pagaba desde la cuenta corriente. Otros gastos eran costos diarios flexibles, como alimentos, entretenimiento y ropa. Mientras no sintiera que estaba gastando de más, probablemente estaría bien.
Para los gastos flexibles, usaba cualquier método de pago, al azar. Efectivo, crédito o débito: no importaba la forma de pago porque de todos modos no hacía ningún seguimiento. Si rechazaban una tarjeta, simplemente probaba con otro método esperando que todo saliera bien.
El dinero desaparecía y no tenía ahorros.
Con el tiempo, descubrí que mi sistema de administración del dinero no funcionaba. Tenía más facturas mensuales que antes, incluidos un nuevo préstamo para automóviles y una deuda estudiantil, y seguía recurriendo a la protección contra sobregiro por "fondos insuficientes". El problema con la administración del dinero era simple: ¡no estaba administrando nada!
Durante esos años, no sabía cuánto dinero tenía, por lo que no sabía a dónde iba el dinero. Luego, descubrí hábitos que funcionan.
Tengan en cuenta estos ejemplos de qué hacer con Cash Management.
1. Mantener el dinero en un lugar seguro.
Al depositar el dinero en una institución financiera, uno tiene la tranquilidad de que nadie se lo va a llevar; además, por lo general las cuentas tienen garantía y con frecuencia incluyen equipos de soporte que pueden ayudar con robos, fraudes y bienestar financiero.
Incluso hago depósitos regulares en un Share Certificate donde no puedo tocar el dinero por varios meses; de este modo, el dinero está seguro no solo de un robo, sino también de mis gastos impulsivos.
2. Hacer el seguimiento de los ingresos.
Si uno no sabe cuánto dinero ingresa, ¿cómo puede controlar lo que sale? Sean específicos. Sepan exactamente cuánto dinero ingresa y en qué momento fluctúa. Algunas épocas pueden ser más difíciles que otras; conocer las tendencias ayuda a planificar.
En una observación más personal, recientemente compré una vivienda; y el comprobante de ingresos fue una parte muy importante del proceso de aprobación. Sin asegurar mis ingresos totales y hacer un seguimiento exhaustivo de ellos, no hubiese calificado. Me alegra haberlo hecho. Y eso me lleva a…
3. Crear un presupuesto.
Cuenten con un sistema para mantener el control de las facturas, los gastos y los ahorros. Al armar un presupuesto, uno prioriza los pagos necesarios. De este modo, sabrán exactamente cuánto pueden gastar por día, por semana y por mes en todo lo demás.
Al principio, cuando comencé a usar un presupuesto, me di cuenta de que gastaba de más en alimentos y entretenimiento en diciembre, para las fiestas, y luego nuevamente en abril y mayo, aparentemente entusiasmado por el buen clima. Antes, cuando tenía siempre efectivo a mano, no tenía idea. Si son como yo, se darán cuenta de sus hábitos de gasto y se sentirán empoderados para ajustar el presupuesto según sea necesario.
4. Primero, pagarse a uno mismo.
Cash Management implica que uno tiene el control. Siempre que tengan una buena base de ahorros, es probable que mantengan ese control, incluso frente a una emergencia. Practiquen ahorrar dinero para el futuro antes de gastar dinero en el presente.
Al tener seis meses de ahorros reservados en una cuenta de ahorros, supe que podría manejar una situación inesperada sin temer por mis finanzas. De repente, también tenía el control de mis facturas, por lo que mi calificación crediticia comenzó a mejorar. Actualmente, ante cualquier ingreso de dinero que tengo, hago un depósito en mi cuenta de ahorros en primer lugar antes de considerar gastos nuevos.
Una vez que organicé mis ingresos, pude hacer el seguimiento de mis gastos.
Fue un pequeño paso que tuvo un enorme efecto expansivo para mis finanzas. Si tienen ingresos en efectivo, quizás deseen guardarlos en un solo lugar. Hagan el seguimiento de lo que ingresa y de lo que sale y recuerden que el comprobante de ingresos puede ser útil a largo plazo. ¡A mí me ayudó mucho!
- JMS